Estás en tu casa tranquilamente descansando luego de trabajar todo el día, y de repente, un vecino, una amiga, un hijo, reclama tu atención en algo que realmente puede esperar o no es tan importante…
Pero hay algo en ti que te dice que tienes que ir a satisfacer su demanda, no puedes negarte.
Es así que tu merecido descanso queda en la nada…pero peor aún, un sentido profundo de no comprender porque lo haces, socava el respeto por ti mismo que te gustaría alcanzar y no sabes como…y te preguntas:
¿Qué es lo que me impulsa a acceder a cada demanda de otro?…¿Por qué me siento tan mal si me niego y me ofrezco para otro momento?
Si esto le sucede a tu hijo, te preguntarás tal vez, ¿por qué es tan condescendiente con sus amigos?… ¿por qué dice siempre que sí…? ¿será que no tiene personalidad? …¿qué estoy haciendo mal como papa/mamá?…